Es otro ejemplo de las obras de Esther Ferrer que se han realizado en numerosas ocasiones. Dicha performance consiste en medir las partes del cuerpo tanto de la propia artista como de otros/as voluntarios/as, es decir, analizar la anatomía del hombre.Los diferentes participantes de esta acción se encontraban, vestidos o desnudos, de pie o tumbadas, por parejas, en grupos o en solitario. A continuación, estas medidas son anotadas en ocasiones en la pared en la cual se encuentra dibujada la silueta del cuerpo. Estos resultados de las mediciones podrían ser sumados con cuidado de no equivocarse, pero sin temor a hacerlo. También se podía anotar en el suelo. Los números podían ser repetidos cuantas veces se quisiera al ritmo de su canción favorita.En resumen, en esta performance se podía hacer lo que realmente quisieras.
Esta performance es una crítica radical a la representación del cuerpo.Los cuerpos que se utilizan en esta obra son únicos y singulares, cuerpos reales que se encuentran lejos de los estandarizados cuerpos ideales de mujeres y hombres que nos muestra hoy en día la publicidad y la moda.
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