Esta performance consiste en una mujer desnuda con sus extremidades en cruz apoyada en un sillín de bicicleta en equilibrio en el centro de una pared blanca con una corriente de luz enfocada hacia ella. Esta mujer se encuentra expuesta al público, de una forma vulnerable al estar totalmente desnuda. Transmitiendo el sentimiento de soledad, firmeza espiritual,el dolor, intensidad luminosa y la esencia trascendental del ser humano, el cuerpo.
Esta performance provoca diferentes emociones en los visitantes, a algunos esta obra les transmite rechazo al ver a una mujer completamente desnuda, a otros fascinación por la concentración que requiere por parte de la protagonista. La duración de esta obra es de 30 minutos. La mayoría de los asistentes abandonan la sala después de menos de un minuto porque no soportan observar a la protagonista en esta situación.
Esta performance supone un reto no solo para el protagonista de esta sino también para los visitantes, debido a que el espectador se debate entre la curiosidad que esto le provoca y a la vez un sentimiento de intromisión de la privacidad de la artista.
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